Todavía
me siguen sorprendiendo las personas aunque en este caso para bien y con gestos
como el que hoy he presenciado me hace pensar que todavía quedan restos de
humanidad.
Sin ir
más lejos y aprovechando mi mañana de ere, al atravesar un centro
comercial de mi ciudad, he presenciado
un bonito detalle y que a decir verdad
me ha conmovido mucho, cuando de una cafetería he visto salir a un camarero y
ofrecerle una bebida caliente y unos churros a un sin techo, que lo más seguro,
habrá permanecido allí, esta noche pasada.
El
hombre se ha despojado de su manta, entre somnoliento y asombrado, he podido
apreciar una leve sonrisa de agradecimiento.
Desgraciadamente
es una triste realidad y cada día son más, que por circunstancias de esta vida
que nos está tocando vivir, se ven obligados a vivir en la calle, ojala
tuviésemos más gestos como este, en lugar de mirar a otro lado, sin olvidar que
su situación podría ser la nuestra en cualquier momento.